UNA HISTORIA FAMILIAR: Cuarta Parte

ULTIMAS ETAPAS DE LA VIDA

Eran fiestas muy agradables, cálidas, siempre deseaba que llegaran y cuando llamaban a la puerta me convertía en la niña más feliz de la tierra, Dios mío, como les echo en falta.



MIS ABUELOS, MI HERMANO CON POCOS MESES Y YO



  
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

En las últimas navidades, cuando mi abuelo tenía 65 años le detectaron un cáncer hepático, esas serían sus últimas navidades. Mi abuela no estaba triste, al contrario, se sobrepuso a la enfermedad y para ella la vida y vivir se convirtió en lo más importante.

Veía el sufrimiento de mi abuelo y su egoísmo y miedo le obligaron a distanciarse. Fueron mi madre y mi tía quienes le asistían cuando los dolores no los calmaban las fuertes dosis de morfina.

Tras una inútil operación solamente vivió tres meses más y en una dura y cruel agonía murió en el hospital de la Cruz Roja en abril de 1992. Su gran deseo fue ver los juegos Olímpicos y marchó sin conseguirlo.

Tras su muerte mi abuela también estaba muy tocada por la falta del pulmón. Si el resto de su cuerpo hubiera sido tan fuerte como su cabeza y su corazón, nos habría sobrevivido a todos.

La vida que llevaba seguía siendo activa, nos visitaba y la visitábamos, paseaba, compraba, limpiaba su piso, se relacionaba bien con los vecinos, etc. Nuestras reuniones y celebraciones seguían igual, pero cuando cantábamos y la mirabas, sus ojos estaban vidriosos, llorosos, tristes, pero a su vez plácidos, complacidos. Sabía que pocas fiestas le quedaban.

Sufrió muchos achaques, en los que tuvimos que ingresarla a menudo: (flebitis, tromboflebitis, rotura del fémur y la letal insuficiencia respiratoria). Lo superó todo excepto esto último, debido a la falta del pulmón.

Lucho hasta el final pero su cuerpo no dio más de sí. Murió en septiembre de 1995 en Barcelona. La nostalgia de tiempos pasados y la tristeza me invadió dejándome durante meses encerrada en un mundo lleno de recuerdos, fantasías e ilusiones.

No recuerdo cuando regresé al mundo real, lo importante es que os he podido contar su historia, y parte de la nuestra.

Como os he dicho fue una gran Señora. . .

HASTA SIEMPRE